Se trata de una de las preguntas más recurrentes con la que nos solemos encontrar en nuestro correo o en los debates sobre GS a los que asistimos, normalmente esgrimida por quienes conocen muy poco o nada de ambas cosas pero aún así están abiertamente en contra de la gestación subrogada creyendo que los padres y madres que eligen esta opción lo hacen por la frivolidad de preferir que el niño tenga sus genes. En su ignorancia, suelen dibujar a una pareja de clase alta forrada de dinero que un buen día se levantan y no saben si comprar un deportivo de gama alta o un niño.

La realidad, y hablamos por amplia experiencia, es muy distinta: la inmensa mayoría de las personas que acuden a nuestro despacho son parejas de clase media que han pasado por un verdadero calvario entre tratamientos fallidos en clínicas de fertilidad dejándose un pastizal en cada uno de ellos y trabas e impedimentos de toda clase en los penosos procesos de adopción cargados de una absurda burocracia que termina desalentando a la mayoría ante la perspectiva de los años y años de espera que han de aguantar sin ni siquiera estar seguros de que al final serán padres, y años es, precisamente, lo que a la mayoría ya les sobra cuando inician este camino.

Os facilitamos aquí un cuadro comparativo para que tengáis claras las diferencias entre una y otra.

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