UNIVERSAL SURROGACY quiere compartir con todos sus seguidores un hermoso testimonio. El de una de nuestras primeras clientas, que se ha ofrecido para poner aquí, en nuestro sitio web, sus vivencias y pensamientos antes, durante y tras el proceso de gestación subrogada que realizó con nosotros.

nunca estuvo embarazada

“Yo no di a luz a mi hija. Jamás estuve embarazada. Ella es fruto de una maravillosa combinación: mi enorme amor, el óvulo de una donante, el esperma de mi marido y el vientre de una madre gestante. No me importa lo que piense de mí la gente. Cuando miro a mi hija me olvido de todos aquellos que con sus críticas intentan hacerme daño. Nací con agenesia vaginal, es decir, ausencia de vagina. Nunca tuve menstruación. Lógicamente, con este diagnóstico tampoco he podido quedarme embarazada. Siempre quise tener hijos, de modo que mi marido y yo nos planteamos adoptar hace ya bastante tiempo. Lo intentamos con la adopción, tanto internacional como nacional, pero no pudimos con los plazos de espera tan largos. El Convenio de La Haya, con la intención de proteger mejor el interés del menor, ha endurecido los requisitos de la adopción y, además, están las dificultades propias de cada Estado (políticas o religiosas). En definitiva, nos hacíamos mayores y nosotros queríamos un bebé. Somos de Granada pero vamos mucho por Málaga y, estando allí, leí un artículo sobre gestación subrogada en el que figuraba el despacho de abogados Universal Surrogacy. Mi marido y yo no lo dudamos. Fuimos a informarnos y hablamos con Miguel González, el abogado que nos facilitó toda la información y nos aconsejó que Ucrania sería el destino más adecuado para nuestro perfil.

Estuvimos madurando la idea un par de meses y, al fin, decidimos embarcarnos en este proyecto. Ha sido lo mejor que nos pasado en la vida, de verdad. Acostumbrada como estaba a tanto “palo”, ya fuera por parte de los médicos o por la burocracia cuando queríamos adoptar, nunca hubiera creído, cuando llegamos a Kiev, que en un año mal contado tendría a mi hija en mis brazos.

Tras la firma de la hoja de encargo en el despacho malagueño volamos a Kiev acompañados por el mismo abogado que nos entrevistó. Desde España habíamos elegido a la donante de óvulos mediante catálogo y la clínica nos sugirió a una posible madre gestante, una mujer de 30 años, divorciada y con dos hijos, a la que pudimos conocer y tratar durante toda la gestación. Los días que pasamos allí fueron inolvidables. Me asombró su profesionalidad y la naturalidad con que se realizan estas prácticas fuera de España, donde a veces encuentras gente que te mira con cara rara si me sincero y cuento cómo he podido tener a mi hija. Lo volvería a hacer, sin lugar a dudas”.

Si de alguna manera te identificas con la historia que cuenta esta persona, no tienes por qué resignarte. Es hora de recabar toda la información posible acerca de la gestación subrogada y ponerte en marcha. Tu hijo/a te espera.

 

 

 

 

 

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