mujerActualmente podemos prescindir del  marco  de  la  complementariedad  varón-mujer para concebir y educar a un hijo.  Existe  una  variada  gama  de  posibilidades  que  sustituyen al contexto tradicional: parejas de varones, parejas de mujeres, varones solos o mujeres solas. A ello hay que añadir la intervención de terceras y cuartas personas:  desde  las  nuevas  uniones  “poliamor” a  la  posibilidad  de  gestar  con  gametos  ajenos a los de la pareja (la mujer puede recibir  el  esperma  de  otro  varón,  dar  el  suyo para que con un gameto masculino –de  su  pareja  o  de  un  banco  de  semen– puedan ser transferidos a una gestante subrogada, etc.).

En relación a las nuevas tecnologías reproductivas el pensamiento englobado bajo el rótulo genérico de «ideología de género» ha  propiciado el recurso a las mismas, en el  contexto  de  los  derechos sexuales y reproductivos.
Así, por ejemplo, se reclama el reconocimiento de un derecho a la subrogación del vientre materno  o,  lo  que  es  lo  mismo,  la  posibilidad  de  llevar  a  cabo  la  gestación  de  un  hijo  propio  o  ajeno  en  el  útero  de otra  mujer,  previo  acuerdo  contractual  remunerado.

 

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