maternidad subrogada 1.  La subrogación tradicional se utiliza cuando la mujer no puede proporcionar óvulos para su posterior fertilización. En este caso, la madre subrogada aporta el óvulo, y el padre (o un donante anónimo de esperma) aporta los espermatozoides. El futuro hijo, por tanto, tiene una relación genética con la gestante subrogada. El esperma se introduce en el interior del útero de la madre sustituta a través de inseminación artificial o, si fuese preciso, mediante procedimientos de tecnología reproductiva. Desde que aparecieron los tratamientos de Fecundación In Vitro (FIV), la gestación por sustitución tradicional es la menos utilizada por los futuros padres.

2. La subrogación gestacional es la opción más recomendada en todos los casos, pero en especial cuando las futuras madres pueden producir óvulos con garantías para ser fecundados, pero que por motivos médicos o incluso desconocidos no pueden llevar a término la gestación del embarazo. El esperma y los óvulos son proporcionados por los futuros padres o por los donantes de esperma u óvulos, con exclusión de la madre sustituta. Los óvulos son inseminados con la FIV, y el embrión resultante se transfiere al útero de la madre sustituta en un procedimiento de transferencia de embriones. En este caso el embrión no está genéticamente relacionado con la gestante.

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